viernes, 3 de junio de 2011

Nizar Qabbani, el poeta del amor

Hace unos años en un recital que hice con mis alumn@s de 4º de la ESO y 1º y 2º de bachillerato, unas chicas árabes me pidieron incluir entre los autores de la selección que habíamos realizado a Nizar Qabbani. No lo dudé. Sabía que escuchar sus versos conmovería a muchos y no me equivoqué. Todavía tengo en mente la imagen de aquellas cuatro musas celestes subidas en el escenario del salón de actos y viviendo palabra a palabra cada una de las verdades del poeta. Por un momento, el tiempo se detuvo y volvimos a creer en la importancia del amor, el motor del mundo entero.
Si no conocéis a Nizar Qabbani, os invito a que lo descubráis y veréis de qué forma tan sencilla se puede entender una verdad tan universal. Por mi parte, no podía dejar de rendirle tributo y recordar una vez más estos fragmentos de El Libro del Amor:

Cuando me enamoro
el reino de Dios cambia:
el crepúsculo duerme en mi abrigo
y el sol despunta por el oeste.
***
¿Por qué? ¿Por qué desde que me amas
mi lámpara alumbra
y mis cuadernos han florecido?
Las cosas han cambiado desde que me amas:
me he convertido en un niño
que juega con el sol
y en un profeta
cuando sobre ti escribo.
***
Estás grabada en la palma de mi mano
cual letra cúfica en el muro de la mezquita.
Grabada en la madera de la silla, amor mío,
y en el brazo del asiento.
Y cada vez que intentas alejarte de mí
un solo momento
te veo en la palma de mi mano.
***
Cuando estoy enamorado
convierto al Shah de Persia
en uno de mis seguidores
y someto China a mi cetro,
muevo los mares de su sitio
y si lo deseo, detengo el tiempo.
***
Cuando estoy enamorado
el agua brota de mis dedos
y crece la hierba en mi lengua.
Cuando estoy enamorado
permanezco un tiempo fuera del tiempo.
***
Todo lo que dicen de mí es cierto.
Todo lo que dicen de mi reputación
en el amor y las mujeres es cierto.
Pero no saben que me desangro en tu amor
como el Mesías.
***
Cada vez que viajo en tus ojos
siento que monto en una alfombra mágica,
me eleva una nube rosa
luego otra violeta
y giro en tus ojos, amor mío,
giro… como la tierra.
***

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